“Grotesco”, “repudiable” y “pornoshow” fueron algunos de los adjetivos que utilizaron los medios nacionales en sus portadas para describir la performance Por la Cruz y la Bandera, realizada un 27 de febrero de 1992 en el MNBA; y en la que el artista Vicente Ruiz recorrió el Museo acompañado por la actriz Patricia Rivadeneira crucificada y desnuda, cubierta solo por la bandera chilena, emulando un desfile de moda.

La acción fue registrada por Enzo Blondel y tuvo muy pocos testigos, sin embargo su recuerdo e impacto han permanecido en el tiempo mediante relatos orales, lo que la ha transformado en una especie de mito en la historia del arte contemporáneo de nuestro país.

“Si esta performance hoy sigue viva en el imaginario de Chile es porque desafió el paradigma de los símbolos patriarcales, como la crucifixión que redime y la bandera que exalta chovinismo. En su lugar una mujer desnuda como Eva vuelve al paraíso, libre de pecado”, afirma la actriz Patricia Rivadeneira.

Por su parte, Vicente Ruiz señala: “Como un cometa que pasa por un mismo lugar durante el viaje de su órbita, considero este momento, para ser revisado a los ojos de hoy”.

La polémica generada por los medios desvió la atención del transfondo social que la performance intentaba poner en escena: visibilizar la precaria situación de los enfermos de Sida y del pueblo mapuche. Además, la acción puso en jaque el conservadurismo de la naciente democracia chilena, al intentar resignificar símbolos cargados de tradición; y levantó la discusión sobre temas como la libertad de expresión y el derecho al cuerpo.

Por la Cruz y la Bandera está disponible en la plataforma de streaming de artes escénicas escenix.cl. Además, se exhibirá nuevamente en el MNBA durante el segundo semestre de este año, como parte de la muestra Ander: del Trolley a Matucana 19.