El director del Museo Nacional de Bellas Artes, Fernando Pérez Oyarzun, presentó su renuncia por motivos personales luego de cuatro años de labor, y será reemplazado a partir del 7 de abril, en calidad de subrogante, por la coordinadora artística del museo, Varinia Brodsky.

Durante su gestión, el Premio Nacional de Arquitectura 2022, se abocó a proyectar un Plan Maestro de los espacios del edificio patrimonial desde su concepción como un lugar convocante y ciudadano para proyectar la recuperación de la estructura y sus propósitos originales desde una mirada contemporánea.

Pérez se enfocó además en la gestión de una política de exposiciones de artistas nacionales de renombre, así como a la realización de muestras internacionales enfocadas en repensar la conformación de las colecciones del museo, y a la materialización de itinerancias en Chile y en el extranjero. En este contexto, junto a su equipo, estableció una política de adquisiciones, con énfasis en la equidad de género.

A ello se suma un plan de trabajo en la mantención de los vínculos del museo con la ciudadanía para abordar situaciones como el estallido y la pandemia; la recuperación de obras de la colección en préstamo y el trabajo con figuras e instituciones relevantes del mundo artístico y cultural, con un contacto permanente con asociaciones territoriales.

Destaca la renovación del directorio de la Fundación de Bellas Artes y la firma de convenios con la Defensoría de la Níñez, la Municipalidad de Recoleta, el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), del Mineduc, Municipalidad de Los Andes y la Fundación Procultura, entre otras instituciones.