El domingo 31 de mayo, Día del Patrimonio, se abre a público la instalación de un galpón sureño patrimonial, montado por los arquitectos y artistas Héctor y Nicolás Ducci con la técnica del "cajón y espiga", que no utiliza pernos ni clavos.

Esta forma de construcción fue traída por los colonos alemanes que llegaron al sur de nuestro país en oleadas continuas desde 1846, y luego por los inmigrantes ingleses a lugares tan diversos como Valparaíso, Punta Arenas y las salitreras del norte grande.

Esta técnica, que utiliza ensambles o articulaciones de madera en vez de pernos y clavos, fue aprendida por los arquitectos y artistas chilenos Héctor y Nicolás Ducci luego de diez años de trabajar en las reparaciones de galpones amish en distintos lugares de los Estados Unidos. Desde entonces, los profesionales han replicado su experiencia en Chile en las construcciones típicas de los alrededores del lago Llanquihue, para luego instalar estas edificaciones en los frontis de lugares como el Centro Cultural Palacio de la Moneda (2014).

La intervención en la fachada del Museo Nacional de Bellas Artes consiste en una gran estructura de madera de 13,80 metros de ancho y 5,32 metros de largo, sólida y autosoportante gracias vigas diagonales, encastradas con firmeza en los postes, que rigidizan la estructura y la convierten además en una edificación antisísmica.

Para Héctor y Nicolás Ducci, esta intervención representa "un posicionamiento crítico frente al territorio, poniendo al mismo tiempo en relieve las reversiones de modelos patrimoniales que han permitido su reemergencia. Asimismo, y pese a su antigüedad, esta técnica de edificación marca el comienzo del modernismo y minimalismo arquitectónico. De hecho, la palabra loft proviene de los espacios abiertos generados en los graneros: los lofts eran los altillos donde se guardaban los fardos adentro del galpón".

Junto a esta construcción, el público podrá visitar una muestra de cinco maquetas de madera a escala exacta de las construcciones originales, que se instalarán en los balcones del segundo piso del museo. Estas maquetas representan diferentes modelos de galpones construidos a fines del siglo XIX por migrantes europeos, y dan cuenta de la diversidad de formas y su especificidad en función del lugar en el que estas estructuras se instalan.