La artista Eva Ek Schaeffer exhibe su obra textil con doce gobelinos inspirados en la cultura ancestral saami, cultura que desde hace miles de años pobló el extremo norte de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, también aborda historias personales y la contingencia local.

La selección de trabajos a telar fueron realizados desde 1974 hasta 2010, en un antiguo molino convertido en taller textil ubicado en la isla de Fårö en Gotland, Suecia.

Eva siente que sus coloridos textiles están ligados a la música, pudiendo relacionarlos con la tradición del canto jojk, ligado estrechamente a la mitología saami y que expresa la unión entre el individuo y la naturaleza. De esta forma, en su imaginario el aire, el agua, el fuego y la tierra toman protagonismo como almas vivientes.

La fibra de los tejidos metafóricamente poseen un rol premonitorio y relacionan el mundo real con lo divino, por lo que el acto de creación, según la artista se relaciona con la idea de la fecundación en oposición a la de la muerte, como se aprecia en el textil La tejedora de cintas, donde el hilo representa el destino de las personas, anunciando su nacimiento y muerte, según el color y el largo utilizado.

En palabras del director del Museo Nacional de Bellas Artes, Roberto Farriol, "el mito designa una narración verdadera, que fuera de su contexto histórico, es un relato cuya significación lo convierte en un mensaje en conexión con lo sagrado. Por este motivo la artista recupera esa noción de un volver a comenzar, a través de un tiempo cíclico; una suerte de Creación del mundo".

"Pinto con el hilo", cuenta la artista, quien en los círculos artísticos de Suecia es definida como una "naivista rítmica", debido a que sus figuras bailan, flotan, vuelan y caen. Quizás su matrimonio con el bailarín y actor Niklas Eh haya influido en ello.

Sobre la artista

Eva Ek Schaeffer se tituló en la Facultad Textil de la Escuela Superior del Arte de Estocolmo, Suecia, en el año 1967. Su profesora más importante en esta institución fue la artista Edna Martin, quien contribuyó a que el oficio textil sueco se desarrollara como un arte libre, donde el artista y el "artesano" no se diferencian.

En sus inicios eligió como tema de sus obras a la mujer, el amor, la familia, el hombre y el niño, pero más adelante, incluyó como referentes los acontecimientos actuales. El estudio de la naturaleza, de la cultura y de la historia de Gotland se convirtió en una parte importante en la vida de esta artista y su familia. Fue en Fårö donde Eva comenzó a hilar y a teñir con hierbas naturales y luego a tejer.