En 2004, Eliana Simonetti instaló el mural Arbolario I en la estación de Metro Bellas Artes, una obra compuesta por cientos de dibujos de árboles que la artista había encargado realizar a distintas personas en hojas de papel. En Arbolario II presentó una serie de 200 cajas y ensamblajes realizados con objetos recolectados montados a manera de sagrarios que rendían tributo al árbol y su integración en la civilización.

La actual exhibición en el museo reúne un conjunto de aproximadamente 30 obras de formato y técnicas diversas que reiteran la idea de apropiación y se conectan simulando el recorrido por un parque. En ellas combina impresos de revistas, libros, publicidad, fotografías y tarjetas que ha intervenido y digitalizado según sus propósitos. Utiliza como soporte telas de lino con estampado "toile de jouy", diseño clásico de jardines, parques principescos y escenas de la vida cortesana, guardas decorativas de papel, que simulan los muros de palacios y jardines.

Puertas monumentales, ornamentadas y custodiadas, demarcan los accesos y el inicio del recorrido laberíntico y misterioso por el jardín, a la manera de un juego que según la artista es el juego de la vida cuya metáfora es el árbol: "A través del árbol, llegué a los jardines o edenes, rodeados de cercos que protegían y vedaban el acceso a ellos, convirtiéndolos en parajes anhelados. Su simbolismo simultáneo como un Paraíso Terrenal y como el Reino Celestial, los convierte en principio y final. El árbol protagonista en ellos, es el eslabón, el ciclo de la vida y de nuestro peregrinaje en busca del Paraíso Perdido y la felicidad eterna.

"En mis obras utilizo una estética híbrida y barroca con una sobrecarga y saturación de imágenes de origen, épocas y culturas diferentes. Es el legado del colonialismo cultural y religioso en nuestro continente y del mestizaje propio de nuestra identidad cultural", agrega.