El proyecto expositivo de Claudia Osorio trata sobre la búsqueda de la supuesta identidad femenina, creando ficciones e imaginarios de aquello que alguna vez las mujeres poseyeron pero fue borrado de la historia. Es la invención de imágenes y objetos, a través de múltiples metáforas que apuntan a una supuesta realidad tanto psíquica como sexual que está reprimida, es aquello oculto en los registros inconscientes, lo que pretende brotar, la naciente alteración de lo que consideramos femenino.



La exposición consiste en el cruce de instalaciones, dibujo; pintura y video donde predominan el uso del texto, la mancha y la luz como elementos centrales. Una de las obras está compuesta por noventa telas escritas que envuelven objetos distribuidos en uno de los muros. Desde el suelo son rodeados por una manguera led que genera una atmósfera lumínica en toda su ocupación. En otro lugar de la sala, un gran artefacto hecho de tela se mueve constantemente, semejando las contracciones uterinas.

¿Qué es realmente aquello que nos identifica a las mujeres? Una serie de paradigmas y construcciones de conceptos que enaltecen una o varias imágenes arquetípicas lejos del descubrimiento personal. Aquello que corresponde a la represión constante de anhelos, inquietudes y deseos. La sumisión; el silencio, la castración y la obediencia. Aguantar, desde lo más profundo, la imposibilidad de expresar, porque somos para la especie la constitución de la contención. Pero, si éste muro se destruye, o si volviésemos al inicio, obviando los aspectos corporales, en el instante en que no existen unos por sobre otros, donde el instinto prima y a razón no prevalece ¿Qué es aquello que nos identifica a las mujeres? ¿Podemos hablar plenamente de una identidad femenina desvinculada del patriarcado?